De acuerdo con José Cañas Torregrosa, [1] la estructura del texto dramático puede dividirse en externa e interna; la primera se refiere a la manera en que se distribuyen las partes de la obra en actos y escenas, y la segunda, la estructura interna, tiene que ver con la historia y lo que estudiamos en el cuento como sus secuencias básicas: planteamiento, nudo y desenlace.
Estructura externa
Así como las novelas se dividen en capítulos, los textos dramáticos se dividen en actos, los actos en escenas y éstas, a su vez, pueden dividirse en cuadros. Dichas divisiones se establecen tomando en consideración tanto la acción dramática como los cambios de espacio y tiempo.
- Actos: cada acto de una obra corresponde a una unidad temporal o narrativa; así, el cambio de un acto a otro queda determinado por la salida de todos los personajes o un cambio espacio-temporal. El número puede variar de una obra a otra, desde uno hasta cinco, pero, en cualquier caso, deben marcar una progresión en la acción dramática.
- Cuadros: se refieren a cada unidad espacio-temporal, a diferencia del acto, los cuadros indican un cambio temático, de ambiente, no de acción; así, a cada cuadro le corresponde un decorado específico que representan un tiempo o espacio determinados.
- Escenas: En la representación, las escenas ocurren una detrás de otra, sin interrupción, el cambio de una a otra queda determinado cada vez que se altera el número de personajes por la salida o entrada de uno o más de ellos en el escenario.
Estructura interna
Aunque, de acuerdo con varios teóricos del drama no es posible hablar de una estructura dramática universal, [2] para su estudio sigue siendo válida la Poética de Aristóteles, que, a partir de la idea de la unidad de acción, presenta una estructura básica dividida en tres partes: prótasis (planteamiento), epítasis (nudo) y catástrofe (desenlace). [3]
La prótasis o planteamiento es la que presenta a los enunciatarios los datos que les ayuden a entender la acción: antecedentes de los personajes, contexto, así como las acciones y eventos que dan pie al conflicto.
La epítasis o nudo es la parte donde se rompe el equilibrio y se crea la tensión conflictiva, puede definirse como “el procedimiento que bloquea los hilos de la intriga”. [4]
Finalmente, la catástrofe o desenlace es el momento en el que la acción llega a su fin; por catástrofe no debe entenderse un acontecimiento desastroso, sino más bien una conclusión lógica a partir de todos los eventos ocurridos en la historia.
Actividades relacionadas:
[1] Cañas Torregrosa, J. (1999). Didáctica de la expresión dramática (2a ed.). (p.126 ss.) Barcelona: Octaedro. Cañas Torregrosa, J. (1999). Didáctica de la expresión dramática (2a ed.). (p.126 ss.) Barcelona: Octaedro. [2] Pavis, P. (1998). Diccionario de teatro (3a ed.). (p.188) Barcelona: Paidós. [3] Cfr. García Barrientos, J. L. (2012) Cómo se comenta una obra de teatro. (p.87) México: Paso de gato. [4] Pavis, P. op. cit.
esta muy interesante